La Playa-el Tierreo, en el barrio Visión Colombia, a la altura de la carrera 13 con avenida Boyacá.

Allá es la cita, este fin de semana, para que los venezolanos que quieran volver a su país puedan abordar los buses que un sujeto de nombre Pedro está alquilando en la frontera con Cúcuta.

Todos saben que perderán el Permiso Especial de Permanencia (PEP) que les expidió Migración Colombia.

Aun así, algunos están retornando de manera voluntaria, ante la carencia de oportunidades y empleo en los países a los que migraron –incluido Colombia– y ante la expectativa de reunirse con sus familias en plena pandemia, con el supuesto apoyo del régimen de Nicolás Maduro.

Pero varios señalan que fueron por las ayudas que aún no llegan.

FundaRedes (ONG de activistas de derechos humanos del vecino país) rechazaron lo que llaman la “improvisación en el manejo de los migrantes forzados retornados que están ingresando al país y son llevados a centros educativos y otras instalaciones sin adecuado suministro de agua potable para cumplir la normativa de la OMS, electricidad, sanitarios, seguridad y habitabilidad mínima”.

Mientras por el paso fronterizo se calcula que han pasado cerca de 2.500 venezolanos, la ONG habla de muchos más.

“La llegada de unos 4.000 migrantes forzados que retornan al país a través de la frontera tachirense ha generado alarma, temor y angustia en comunidades de San Antonio, El Palotal, Ureña, Los Capachos, Rubio y San Cristóbal, donde se han producido protestas con cierre de vías y los vecinos se han organizado para hacer vigilias frente a los centros educativos para evitar que cientos de retornados sean instalados en lugares que no han sido edificados para servir de refugio”, señala un informe de la ONG.

Y añade que hay denuncias de que a algunos de los recién llegados les han entregado comida en mal estado. Y hablan de maltratos.

¿Presión para ayudas?

“No hemos tomado agua, los niños están enfermos. Es una locura lo que estoy viendo. Para que se muevan, para que pongan esto en radio. Estamos en un pueblo llamado Rubio, aquí en Táchira, y no nos quieren dejar salir (…) somos 17 autobuses y están full. Los del Gobierno no nos paran bolas, solamente nos están tomando fotos, más nada”, se escucha en un audio que envió una venezolana, y que EL TIEMPO reveló.

Además, fuentes de inteligencia aseguran que también se analizan otras hipótesis: una de ellas señala que se trata de una estrategia del régimen de Nicolás Maduro para presionar la ayuda internacional, luego de que el Fondo Monetario Internacional le negara una solicitud de crédito.

“También se evalúa que estén invitando a la repatriación de venezolanos en éxodo, ante los anuncios y movimientos de barcos de Estados Unidos, después de que se oficializó la acusación contra Maduro y 14 de sus hombres por nacotráfico y patrocinio del terrorismo”, dijeron las mismas fuentes.

En todo caso, el número de venezolanos que retornan es muy bajo frente a los que permanecen en Colombia.

Fuente: ElTiempo.com

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