Médicos de Bournemouth, ciudad de Inglaterra, presenciaron y atendieron un extraño caso de una mujer quien, de un momento a otro, se quedó muda. Tiempo después recuperó su habla, solo que ahora su voz con cuatro acentos diferentes, dependiendo el estado de ánimo que tenga.

Así se lo contó a la agencia de noticias británica ‘Swns’, Emily Egan, de 31 años y originaria del condado de Essex, quien dedicaba su vida a enseñar en un hogar de niños.

A comienzos de enero pasado, Egan empezó a notar diferentes cambios en su timbre de voz, también se le dificultaba hablar y pronunciar algunas palabras en su lengua natal, el inglés.

Las dificultades aumentaron más y sufría intensos dolores de cabeza que nunca se apaciguaron, hasta que llegó el día en el que perdió totalmente su voz.

Egan se dirigió al hospital y los médicos empezaron a evaluar su comportamiento. Al comienzo, determinaron que había padecido una lesión cerebral y, mientras evaluaban que era lo que habría podido causar la afectación, la mujer duró dos meses muda.

“Toda esta experiencia ha sido agotadora y totalmente abrumadora. No solo ha cambiado mi acento, ya no hablo ni pienso de la misma manera que antes y no puedo construir oraciones como solía hacerlo”, afirmó Egan a ‘Swns’.

El esposo de la mujer le contó a los médicos que habían reservado unas vacaciones en Tailandia para el mes de marzo.

El neurólogo que la estaba atendiendo le dijo que era una buena idea tomarlas, ya que la lesión se podría deber al estrés.

Se fueron de viaje y, cinco días después de haber salido del hospital y haber vacacionado, nuevamente comenzó a hablar de manera lenta y con dificultad.

“En vacaciones comencé a hacer sonidos como una persona sorda que intenta hablar”, afirmó la mujer.

Relató que aunque estaba feliz por volver a hablar, se extraño por el timbre de voz tan diferente que tenía.

Finalmente, le diagnosticaron que padecía el síndrome de acento extraño, lo que le genera un efecto de expresarse en cuatro acentos diferentes. Su voz puede sonar con acento polaco, francés, italiano y, cuando está estresada, ruso.

Egan afirmó al medio de comunicación que con el pasar del tiempo ha tenido que aprender a vivir con ese trastorno, pero se siente como una persona diferente y especial.

La mujer tiene que aprender a controlar su estado de ánimo debido a que si llega a enfurecerse y alcanza un nivel alto de cansancio, podría perder la voz nuevamente.

Fuente: eltiempo.com

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