Una de esas propuestas fue la inclusión de iglesias y denominaciones religiosas en el sistema regular de impuesto sobre la renta y los ingresos adicionales por actividades comerciales con una tasa de impuesto del 20%

La moción aprobada en primera lectura fue redactada por la representante Katherine Miranda, quien se alegró de ver que la moción no solo se incluyó en la propuesta del gobierno, sino que también fue aprobada por los miembros del Congreso.

Según el artículo 72 de la ponencia: “No están gravadas con el impuesto sobre la renta y complementarios las iglesias y confesiones religiosas reconocidas por el Ministerio del Interior o por la ley, respecto a los ingresos provenientes de actividades asociadas al oficio religioso, al culto, al rito, a prácticas que promuevan el apego de los sentimientos religiosos en el cuerpo social, o actividades de educación o beneficencia realizadas bajo la misma persona jurídica”.

Pero todas las actividades relacionadas con fines misionales y profesionales están sujetas a un impuesto sobre la renta del 20%.

A pesar de que el proyecto original de Miranda apuntaba a que las iglesias que establecían negocios como sellos discográficos, incluso editoriales, pagaran un alquiler del 35 por ciento, la misma cantidad que las empresas; después de todo quedó en el 20%.

 

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