A Gladys Rodríguez, de 46 años, la declararon muerta en un hospital de Paraguay y, al llegar a la funeraria, funcionarios del lugar se dieron cuenta que aún se movía.

La mujer se encontraba internada en el hospital San Fernando, de la ciudad de Coronel Oviedo, departamento de Caaguazú, a 134 kilómetros de Asunción, la capital paraguaya.

El hecho se conoció después de que el esposo de la mujer, Maximino Duarte, pusiera una denuncia ante la policía. En el reporte se informa que Rodríguez ingresó el sábado 11 de abril al centro médico a causa de una elevación en su presión arterial.

Siendo las 11:20 de la noche del mismo día, los médicos declararon el deceso. En el acta de defunción se estableció que había muerto por un “cáncer de útero” que padecía la paciente. Tras la supuesta muerte de Rodríguez llamaron a una funeraria para que su cuerpo fuera trasladado.

Los trabajadores de la Funeraria Duarte e Hijos notaron pequeños movimientos de la mujer y, por esa razón, anunciaron que no podían retirarla del hospital. Enfermeras del centro médico respondieron que se debía a los efectos del oxígeno, pues todavía se encontraba dentro de ella.

“Ellos tenían ya el certificado de defunción y acá ella movía la cabeza, no estaba muerta, estaba inconsciente. La verdad yo me asusté demasiado”, narra Marcial Duarte, propietario de la funeraria, en entrevista con radio Monumental 1080 AM, de Paraguay.

Tras ser entregada en una bolsa mortuoria, fue llevada a la funeraria. Cuando los funcionarios la estaban preparando para introducirla en formol, se dieron cuenta que todavía tenía signos vitales. Decidieron llevarla al hospital del Instituto de Previsión Social (IPS). Desde allí fue trasladada a la unidad de terapia intensiva del hospital Regional Coronel Oviedo.

La mujer fue atendida, en el lugar en donde dijeron que había fallecido, por el doctor Heriberto Vera, quien firmó el acta de defunción de la paciente número 28.881. Duarte, esposo de la mujer, narró para el diario ‘La Nación’, de Paraguay, que una vez estuvo de vuelta en el hospital, el médico Vera se negó a atenderlos.

La hija de la paciente, Sandra Duarte, también declaró para radio Monumental 1080 AM que el médico se apresuró a desconectarla a pesar de que ella le dijo que su madre todavía respiraba . La mujer afirmó que “el médico decía que no había nada por hacer, preparó el acta de defunción y al poco tiempo aparecen los de la funeraria”.

El doctor explicó que se había tratado de una catalepsia, es decir, un estado biológico del ser humano que en su máximo nivel produce que las funciones vitales, cardíaca, respiratoria y neurológica, estén en una actividad mínima y sean casi imperceptibles. Vera también indicó que nunca, en sus años de ejercicio de la medicina, había tenido un caso como este.

Fuente: ElTiempo.com

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