Una santandereana, quien llegó el pasado 12 de marzo al país tras un viaje a España, denunció que se encuentra luchando no solo contra el coronavirus, sino contra el temor de los empleados del lujoso hotel donde se encuentra hospedada y la falta de atención médica.

Pese a que no presentaba ningún síntoma relacionado con el covid-19, al llegar a Bucaramanga decidió aislarse 14 días en un lujoso hotel de la ciudad como medida preventiva, ya que vive con sus padres que superan los 70 años.

Tres días después de su llegada, comenzó a presentar síntomas como tos, fiebre y fatiga, llamó a las autoridades de salud y le efectuaron la prueba el 15 de marzo.

“El miércoles 18 de marzo le notificaron que la prueba era positiva y el hotel se enteró, ella misma le contó al gerente y le dejaron de prestar los servicios”, indicó Luis Carlos Monsalve, abogado de la paciente.(Lea también: El drama de familia del hombre que murió por covid-19 en Santa Marta)

Apenas supieron que era positivo para el coronavirus, la dejaron ahí tirada. Ni un médico la fue a revisar

“No le volvieron a hacer aseo en el cuarto, le quitaron el control del aire acondicionado y se lo apagaron, la comida se la dejan en la puerta, no dejan que salga para nada del cuarto. Ella es alérgica a los zancudos entonces no puede abrir la ventana”, explica el abogado de la mujer.

El pasado jueves 19 de marzo, la mujer interpuso una tutela contra el hotel y la EPS, argumentando trato digno y violación a su derecho a la salud.

“Apenas supieron que era positivo la dejaron ahí tirada, ni un médico la fue a revisar”, dijo el abogado.

El viernes 20 de marzo, la tutela fue admitida por el juez, quien ordenó como medida cautelar que le fueran restablecidos los servicios del hotel y que tuviera atención médica. Sin embargo, hasta el momento no le han hecho aseo a la habitación y la comida la siguen dejando en la puerta.

Desde la EPS enviaron un médico que le hizo las valoraciones respectivas el pasado sábado.

“Lo enviaron sin ninguna protección, le tocó a él mismo buscarse los elementos de protección”, indicó el abogado.

La cuenta del lujoso hotel ya asciende a cuatro millones de pesos y está siendo pagada del bolsillo de la mujer.

“Aceptamos no prender el aire por si acaso está conectado a los demás ductos de ventilación del hotel, así que le llevamos un aire portátil, pero no dejaron entrar a un técnico a instalarlo. No hemos logrado que le hagan aseo ni que le laven la ropa”, dice el abogado.

La paciente sigue aislada en el hotel dado que no puede ser trasladada a otro lugar de la ciudad. “Sigue presentando los síntomas. Tiene mucha fatiga, desaliento y duerme casi todo el día”, dijo el abogado.

Fuente: ElTiempo.com

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