Por aire y tierra las autoridades de Cundinamarca buscan a las personas que, fuera de las excepciones dispuestas por el decreto de cuarentena, salieron de la capital previo a la Semana Santa en dirección a fincas y lugares de descanso.

Algo similar hacen las gobernaciones de Meta y Boyacá, y algunos de los municipios más populares para el turismo regional. Incluso, anticipándose a la desbandada, algunos como Fusagasugá cerraron el ingreso y salida.

Aunque la ANI y algunas concesiones no tienen un dato exacto del número de vehículos que pasaron por los peajes, pues las talanqueras están subidas, hay poblaciones que sí detectaron la llegada foráneos a sus territorios y no precisamente para abastecimiento, traslado de medicinas o por razones de cuidado. Este fin de semana, en redes sociales, fueron tendencia las palabras Villa de Leyva, Anapoima y Villavicencio, y las autoridades municipales y departamentales procedieron a revisar y controlar sus accesos.

Mientras tanto, la Policía de Tránsito reportó que este fin de semana inmovilizó 91 vehículos a la salida de Bogotá y Cundinamarca. Las sanciones al interior de la capital ascendieron a 478 entre viernes y sábado, el domingo sumaron otros 80 y este lunes, a las 6 de la tarde, llegaron a 157. Aseguraron que los puntos críticos de tránsito de infractores fueron la autopista Sur y la calle 80. 

Sin embargo, el coronel Rolfy Jiménez manifestó que, en medio de todo, el panorama era positivo. “Entre viernes y sábado tenemos un registro de cerca de 3.500 vehículos que han salido, pero sobre todo de transporte público y de carga. Para esta época, hace un año, salían hasta 29.000 vehículos”, aclaró el coronel en conversación con City Tv,

La preocupación de los municipios radica en que las personas que ingresen puedan aumentar el número de incumplimientos a la norma, contagiar zonas con bajo o ningún contagio y ocupar la capacidad hospitalaria que, de por sí, ya es escasa en algunos centros médicos.

En Cundinamarca, por ejemplo, la atención hospitalaria de alto nivel se maneja por hospitales regionales que apenas tienen capacidad para la población objetivo. Es el caso del hospital de La Mesa, que solo hasta ahora, con apoyo de la Gobernación, logró tener una unidad de cuidados intensivos (UCI) y una intermedia.

Cundinamarca, con la mira en vías terciarias

El gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, ha estado sobrevolando en helicóptero el departamento y supervisando los puestos de control en carretera. De hecho, encontró que uno de los ‘volados’ era un funcionario de la Gobernación que se valió del carné para transitar por carretera y permanecer tres días en un municipio cercano.

Por otra parte, Anapoima denunció el intento de ingreso de altos funcionarios públicos y empresarios a la localidad para pasar este fin de semana.

“No podemos decir que entraron vehículos en masa. Pero nuestras autoridades hicieron controles en la madrugada del sábado y frenaron y devolvieron al menos 12 vehículos de personas que tienen su casa de fin semana aquí. Trataron de entrar argumentando estratos políticos y estratos laborales. Nuestra pregunta es ¿cómo llegan si desde que salen de Bogotá tienen que pasar por puestos de control?”, cuestionó Manuel Zapata, coordinador de Gestión del Riesgo de Anapoima, y agregó que cuando no logran entrar se valen de vías terciarias.

Anapoima dispuso un puesto de control a la entrada del municipio, que ya suma dos contagiados de covid-19.

Un fenómeno similar ocurre en La Mesa, Cundinamarca, desbordando la capacidad de las autoridades. “Muchas personas salieron de Bogotá irresponsablemente y evadieron nuestros controles ingresando por corredores terciarios. Ponen en riesgo a nuestras comunidades”, afirmó Humberto Segura, alcalde de La Mesa.

Fuente. ElTiempo.com

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