Tras el contagio con covid-19 de cinco enfermeras en el hospital San Francisco de Asís, en Quibdó, Chocó, la entidad decidió restringir sus servicios y desde ayer solo atiende a través del servicio de urgencias, según informó la Gobernación.

La llegada de la pandemia al Chocó, en donde se han registrado seis contagios –cinco de personal sanitario– y la restricción de servicios, es de especial gravedad porque las condiciones del sistema de salud en ese departamento son críticas.

“El hospital debe ser cerrado en la mayoría de sus servicios por cuanto se han presentado cinco casos positivos para el covid-19, y por lo tanto el personal debe entrar en cuarentena y por eso se limitan los servicios de atención a la ciudadanía”, dijo la secretaria del Interior de la gobernación del Chocó, Carolina Córdoba.

Según una circular emitida por la Secretaría de Salud de la Gobernación, los servicios que requieren “internación en la institución quedan en aislamiento preventivo”.

De igual forma, el personal administrativo y asistencial quedó en “aislamiento obligatorio”, mientras que quienes hayan tenido contacto con los casos previamente diagnosticados tendrán que practicarse la prueba para descartar contagios.

La funcionaria explicó que por ser el único hospital público del Chocó, por ahora solo se mantiene el aislamiento preventivo del personal, pero no pueden cerrarlo, pues se desconoce si los casos puedan crecer.

“No podemos cerrarlo, y por eso quedan abiertos los servicios de urgencias vitales de ginecoobstetricia y cirugía general”, agregó la funcionaria.

Córdoba recordó que el San Francisco de Asís, ubicado en la capital del departamento, atiende a más de 544.000 habitantes de 30 municipios y que la población es mayoritariamente indígena y afrodescendiente.

A la situación del hospital se suma que la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) prendió las alarmas el pasado viernes debido a las extrañas muertes que se han presentado en el pueblo indígena embera dóbida, en Riosucio, Chocó.

La sospecha de contagio obedece a los síntomas relacionados con el virus que tienen algunos indígenas de la comunidad. Estos padecimientos, declaró la Onic, habrían cobrado la vida de una mujer de 60 años, un bebé de 4 meses y otro de 3 meses el pasado 29 de marzo.

Lo que sostiene la organización es que, desde hace un mes, 90 de los 320 habitantes del resguardo indígena Peña Blanca-Río Truandó padecen síntomas de fiebre, tos seca, dolor de cabeza, dolor de cuerpo y algunos niños presentan comezón en el cuerpo.

Según la organización Asorewa, existe la posibilidad de que “la cercanía con la frontera con Panamá sea la causante de un posible brote de covid-19, pues allí se han presentado varios casos en otros pueblos indígenas”.

El consejero mayor de la Onic, Luis Fernando Arias, ha dejado claro que la organización tiene un plan de contingencia que trata de toda una estrategia de comunicaciones y un centro de informaciones que hace un monitoreo permanente en los territorios indígenas.

Por esto, la organización pidió que se realice el diagnóstico de la comunidad con el fin de confirmar o descartar infección por covid-19.

Además, Arias mostró preocupación por la lejanía que existe entre la comunidad embera dóbida y el centro médico más cercano, pues este último se ubica a 75 kilómetros por vía fluvial en Riosucio.

Fuente ElTiempo.com

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