Un verdadero drama vivió la familia del señor Ariosto Gutiérrez Molina, quien falleció el pasado sábado 16 de mayo, en horas de la mañana, en el interior de su vivienda, ubicada en la carrera 20A n.° 28A-49 sur, en el barrio Quiroga, en Bogotá.
Todo comenzó el viernes 15 de mayo con una molestia en el pecho. Por eso se dirigió hacia un hospital en donde lo atendieron hasta un nivel cuatro de triaje. Nunca lo dejaron hospitalizado y así terminó, otra vez, en su hogar, donde vivía solo en un tercer piso y pagaba 800.000 pesos de arriendo. Según se supo, uno de sus vecinos se percató de que algo raro pasaba ya que no respondía a los llamados. Finalmente, se dieron cuenta de su muerte.
En ese momento, toda la familia acudió a su residencia y comenzaron a hacer todas las llamadas del caso para saber qué debían hacer con el cuerpo.
Ellos informaron del suceso el 16 de mayo en horas de la mañana, pero la ambulancia que arribó junto con el carro de la Fiscalía General de la Nación los visitó el domingo 17 de mayo. La familia quedó consternada cuando estos les dijeron que no podían llevarse el cuerpo sin vida de su familiar. “Una funcionaria de la Fiscalía nos dijo que ellos solo respondían si la muerte era por coronavirus”.
Lo raro, cuenta la familia, es que apenas se fueron estas personas recibieron un extraña llamada de otras que no se identificaron, las cuales les dijeron que les cobraban cinco millones de pesos para sacar el cuerpo de la casa y tramitar más rápido el certificado de defunción.
Al cuerpo le hicieron pruebas de covid-19, que salieron negativas, por lo que ahora se presume que la muerte del hombre ocurrió por un paro cardíaco.
