Tal como ha ocurrido en varias partes del país, lo que comenzó siendo una buena iniciativa para ayudar a los más vulnerables con donaciones, se convirtió en un riesgo para estas mismas personas. Este lunes en la mañana las calles aledañas a la Gobernación de Santander, en Bucaramanga, estuvieron colmadas de personas.

Los mismos ciudadanos que pasaban por ahí denunciaron a través de videos que en plena cuarentena cientos de ciudadanos se aglomeraron en el sector. Esperaban recibir un mercado en el marco de la iniciativa Santander Alacena, de Indersantander, el instituto de deportes del departamento. Se trata de un plan piloto que consiste en instalar dos carpas para repartir los alimentos, totalmente gratis, gracias a las donaciones del sector privado. La iniciativa no discrimina en estratos.

Bajo el inclemente sol había personas de la tercera edad, personas con y sin tapabocas, vendedores ambulantes, incluso presencia policial que les pedía guardar la distancia, sin embargo, la situación se salió de las manos. La fila de personas -que no estaban guardando una distancia social de 1,5 metros- se extendió por cinco cuadras hasta llegar al parque García Rovira, ubicado al frente de la Gobernación.

SEMANA consultó a Pedro Belén Carrillo, director de Indersantander, sobre la situación. Según explicó, circuló una cadena falsa en Whatsapp en la que se decía que además de tres productos de la canasta familiar, se entregaría un bono de 100.000 pesos a quienes acudieran al lugar. “La página oficial hizo la publicación donde se decía que desde las 8 hasta las 5 de la tarde estaríamos, y que aplicaba el pico y cédula. Pero no sé de dónde y con qué fin otras personas agregaron lo de un bono de 100.000 pesos y se generó una cadena”, aseguró.

Este fue el segundo día de la entrega de ayudas, el pasado viernes se repartieron 3.032 ayudas con tres productos de la canasta familiar tanto en el parque García Rovira, como en el estadio Alfonso López -el otro punto designado-. Así que según cuenta Belén, en la mañana de este lunes cuando llegaron “habían unas filas increíbles”, se hizo el primer registro de 500 personas a quienes se les dio un ficho para que posteriormente reclamaran los alimentos.

“Previendo eso pusimos a unas personas a que marcaran en el piso con espuma y tiza cada lugar, para que guardaran la distancia, entregamos los 500 fichos, y después una persona empezó a decir que le estaba guardando el puesto a otras cinco, y así, los que iban de último querían ir de primeros”, cuanta Belén.

Fue tanta la afluencia que muchas personas se quedaron sin recibir la ayuda, unas porque no alcanzaron a llegar a tiempo y otras porque su número de cédula no era el correspondiente para salir a la calle, según el pico y cédula, así que Indersantander no les entregó ayudas, porque esta es la condición previa para poder recibir la ayuda.

“La idea es poder continuar, estamos reunidos para ver cómo hacemos, porque la gente debe cumplir con su cuarentena, estamos evaluando si de pronto vamos a los barrios, coordinamos la ayuda en los salones comunales, si vamos de sector en sector, explicó el director de Indersantander.

El reto, además de evitar aglomeraciones, está en llevar el registro de las ayudas para que una misma persona no sea beneficiaria dos veces, por el momento están llevando un registro escrito y trabajando en un sistema que permita comparar las cédulas.

Fuente: Semana.com

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